Empezando a opinar

21 de abril de 2025

Empezando a opinar

Casi dos décadas después de descubrir Evangelion, el anime ha pasado de ser una curiosidad juvenil a una parte esencial de mi vida. En este artículo reflexiono sobre cómo comenzó mi relación con este medio, lo que Evangelion significó para mí, y cómo el anime ha evolucionado junto conmigo a lo largo de los años.

El anime ya no es una pasión reciente: es una parte esencial de mi vida. Llevo casi 20 años consumiendo este tipo de contenido, y si bien mi historia comenzó como la de muchos —entre caricaturas y canales de televisión abierta—, fue Neon Genesis Evangelion la serie que marcó un antes y un después en mi forma de ver el anime.

Podría decir que mis primeros acercamientos fueron con Dragon Ball y Dragon Ball Z, pero para ser honesto, durante mi infancia nunca los vi como “anime”. Su popularidad era tal que se mezclaban naturalmente con las caricaturas que veía a diario. En ese entonces, no tenía la conciencia de estar viendo una obra japonesa con identidad propia, y mucho menos todo lo que podía ofrecer el medio.

Todo cambió alrededor del 2006, cuando conocí a un amigo en el instituto que me metió de lleno en este mundo. Recuerdo que una conversación casual sobre Dragon Ball Z nos llevó a hablar de Evangelion. En ese momento, solo tenía vagos recuerdos de la serie —esa rareza que pasaban por el canal "Locomotion"—, pero mis amigos hablaban tan bien de ella que no dudé en pedirla prestada. Gracias, John Erik (sé que probablemente lo único útil que me dejaste fue Evangelion, pero eso fue suficiente).

Tuve mis obstáculos. Mi computador en esa época era una reliquia, y los archivos .AVI se reproducían como si estuviera viendo una presentación de diapositivas. Por suerte, mi viejo DVD podía leer ese formato, así que no hubo excusas.

Desde el primer capítulo supe que estaba ante algo diferente. Me atrapó esa inversión de roles donde los “ángeles” eran los enemigos de la humanidad. Habiendo crecido en un entorno cristiano, cualquier historia que juegue con el simbolismo bíblico siempre me genera curiosidad, y Evangelion lo hace con una crudeza fascinante. Esa fue mi primera lectura: los humanos enfrentándose a los designios de un “Dios” indiferente. Con el tiempo descubrí que Evangelion es mucho más que eso.

Es una serie que cambia contigo. Tiene tantas capas, tanto contenido simbólico y psicológico, que cada vez que la ves puedes encontrar algo nuevo. La primera vez entendí una cosa; la segunda, otra completamente distinta. Y así ha seguido, acompañándome en distintos momentos de la vida. Hoy no solo la respeto como una gran obra del anime, sino como una pieza fundamental que me ayudó a entender el poder de la narrativa audiovisual.

A día de hoy, el anime es parte de mi día a día. Ya no es una moda pasajera ni una simple afición juvenil. Es un medio que respeto profundamente por su capacidad de contar historias diversas, atrevidas, complejas y visualmente impresionantes. Evangelion solo fue el inicio.

 

Comentarios